La estructura de una planta de marihuana en plena madurez transmite belleza, veneración e incluso, en algunas personas, cierta abrumación. Sin embargo, para llegar a este punto de excelencia se debe realizar un cultivo que no siempre es fácil, por lo que se vuelve fundamental conocer la anatomía de las plantas, cómo se comportan sus partes y qué se debe hacer para potenciar sus funciones.
Partes de la planta de marihuana
A nivel microbiológico, las plantas de marihuana tienen multitud de compuestos. No obstante, para no entrar en un mundo complejo y de terminología demasiado ilustrada, analizaremos las partes básicas del cannabis. Básicamente, en las que podemos influir directamente para potenciar el resultado de nuestras cosechas.
Raíz
Cuando germina nuestra semilla de cannabis, lo primero en salir al exterior es la raíz principal, que comenzará a expandirse en el suelo o sustrato. Las raíces cumplen una función fundamental en el ciclo vital de las plantas, ya que son las encargadas de absorber el agua y los nutrientes para el tallo, las hojas y las flores.
Si hemos realizado correctamente el proceso de germinación y hemos aplicado el sustrato adecuado, las raíces comenzarán a ramificarse. En el lado contrario (la parte superior del sustrato), crecerá una plántula, desarrollando dos cotiledones (denominados vulgarmente como ‘hojas falsas’). A partir de este momento, el tallo crecerá y comenzará a formar hojas, nudos y ramas.
Tallo, nudos y ramas
El tallo tiene dos funciones principales en la planta de marihuana. En primer lugar, es el encargado de soportar el peso de las ramas, las hojas y las flores, por lo que su correcto desarrollo es fundamental para evitar que la planta pueda quebrarse cuando sea el momento de florecer o al enfrentarse ante fuertes vientos o lluvias. Además, los tallos están formados por un tejido denominado xilema, que es el encargado de transportar el agua (y cuando sea debido, con los nutrientes) para que toda la planta pueda acceder a ella.
El crecimiento del cannabis va acompañado de la formación de los nudos, que son las intersecciones entre el tallo y las ramas. Estos nudos son muy importantes, ya que se trata del lugar donde podremos identificar si nuestra planta es macho o hembra. Por último, el número de nudos y la distancia entre ellos (denominado espacio internodal) varía mucho según la especie y el entorno.
En los nudos salen las ramas, cuya función básica es ampliar el espacio de las hojas para que la estructura no les genere sombra, poder absorber correctamente la luz del sol y realizar la fotosíntesis. Gracias a ello, la planta podrá asimilar la energía que utilizará para desarrollar los frutos. En la planta de cannabis se distinguen dos tipos de hojas:
- Hojas de abanico: Son las hojas que surgen de los tallos de la planta. Además son el símbolo mundial de la marihuana y, posiblemente, las hojas más famosas de la historia del mundo vegetal. Este hecho resulta curioso, ya que es el único elemento que no tiene casi utilidad debido a que sus niveles de THC y otros cannabinoides son mínimos.
- Hojas de azúcar: Son las hojas que se forman entre las flores, por lo que contienen tricomas y terpenos. Hay gente que las tritura, las introduce en un cigarro y las consume directamente. Sin embargo, debido a que su sabor no es del todo agradable, se suele utilizar para extracción de resina y hacer tinturas o comestibles.
Flores
Una buena cosecha de flores grandes, compactas y resinosas es el objetivo principal de cualquier cultivador. En la etapa de floración, las plantas comienzan a desarrollar los cogollos en los nudos de su estructura. Dependiendo de la calidad del cultivo y de los fertilizantes proporcionados, los frutos serán de mayor o menor calidad. Por esto, te recomendamos adquirir tus productos de cultivo en tu grow shop online de confianza.
Es en esta etapa cuando se puede observar si una planta es macho o hembra. Las plantas hembra mostrarán sus cálices y pistilos en los nudos a las 2 semanas de comenzar a florecer (esto varía según el tiempo de crecimiento que se le haya dado), mientras que en los machos se observarán pequeñas bolitas que, en el futuro, serán sacos de polen que se abrirán para polinizar a las hembras.
Si tu objetivo es hacer semillas, la presencia de machos es necesaria. Sin embargo, en caso de querer consumir las flores de marihuana, retira inmediatamente los machos en cuanto los localices, ya que un cogollo polinizado pierde en calidad, cantidad y sabor. Además, no es agradable para nadie dedicar tiempo y esfuerzo en un cultivo para, al final, tener que ir sacando semilla a semilla de dentro de las flores.
En cuanto a su estructura, los cogollos de las plantas hembra están formados, principalmente, por estos tres compuestos:
Cálices:
Es la base sólida que forma la estructura del cogollo de marihuana. Está formado por diminutas hojas que le dan a la flor la compostura estable que posee. Además, está cubierto por resinosos tricomas.
Tricomas:
Los tricomas son apéndices que se forman alrededor del cogollo, las hojas de azúcar y, en mejor medida, el tallo de las plantas de marihuana. Es el componente principal que genera los efectos psicoactivos en el cannabis, por lo que muchos cultivadores extraen estos tricomas para hacer concentrados como el hachís, el bubble hash o el BHO.
El color de los tricomas se suele utilizar como indicador de que la planta está lista para ser cosechada. A pesar de que es variable debido a los gustos de cada consumidor, se suele decir que, cuando el 20% de tricomas son color ámbar, es el momento ideal para recoger los frutos.
Cabe destacar que muchos bancos de semillas, como GB Strains, recomiendan la utilización de fertilizantes orgánicos para mantener las propiedades organolépticas de las plantas.
Pistilos:
Los pistilos son filamentos cuya función es recabar el polen que las plantas macho desarrollan y envían. También pueden ser una buena opción para decidir si el cultivo está listo para la cosecha, ya que, si los pistilos son de color naranja, suele ser un buen indicativo de que los cogollos están listos para su recolección.
