El concepto de Club Cannábico propiamente tal, en Chile, puede resultar algo confuso. Si se mira desde una perspectiva extranjera, se tiende a considerar como un lugar donde, tras asociarse, se puede comprar y consumir cannabis libremente. Sin embargo, la realidad en Chile, dista bastante de esta primera aproximación.
En este mismo ámbito, resulta muy importante hacer una distinción entre dos instancias que existen en Chile: dispensarios y club cannábico.
Dispensario cannábico
Los dispensarios están pensados en proporcionar a las personas que lo requieran, materia vegetal, pero generalmente, con un fin comercial. Aunque funcionan como una tienda de venta al público, tienen una importante restricción: el consumidor debe contar con una receta médica y/o documento identificativo. En lo que respecta al consumo, este no está permitido dentro del dispensario.
Cabe destacar que muchas organizaciones relacionadas con el cannabis, se autodenominan como dispensarios cannábicos sin fines de lucro. De hecho, para quienes buscan fines terapéuticos, y tienen la correspondiente prescripción médica, cuentan con varias alternativas disponibles en tiendas físicas y en la web.
Club cannábico
Se comprende como una corporación sin fines de lucro, la que se levanta al alero de la Ley 20.500 (de Asociación y Participación Ciudadana). Un club cannábico es entonces una organización sin fines de lucro, que proporciona conocimientos y condiciones para que sus miembros tengan acceso a materia vegetal. Esto se puede desarrollar a través de cultivos colectivos, en el ámbito privado y donde sus miembros beneficiados, están correctamente identificados y registrados.
El término club cannábico en Chile, y su configuración propiamente tal, proviene del modelo español, donde al igual que en Chile, sus recintos son privados. Cabe destacar esto como un antecedente importante, pues si se observa desde la Ley 20.000, su consumo privado o con fines medicinales, están permitidos.
Según indican entidades vinculadas al cannabis con fines medicinales, los clubes cannábicos han proliferado considerablemente en el último tiempo, en forma de corporación o fundación. Por lo que el término propiamente tal, como se comprende en otros países con una legislación más permisiva al respecto, puede variar significativamente.
Fundaciones, asociaciones y otros
Bajo el contexto mencionado, es preciso hacer alusión a la importante presencia de este tipo de organizaciones, como por ejemplo, la Fundación Daya. Autodefinida como “líder en la utilización del cannabis y sus derivados con fines medicinales”, esta fundación cuenta con el primer Centro Médico Cannábico de Latinoamérica. Otro punto a destacar, es que ha sido la primera entidad en obtener un permiso para el cultivo de cannabis en Chile, con fines medicinales.
Por otro lado, existen otro tipo de fundaciones de índole científica, como la denominada “Fundación Ciencias para la Cannabis”. Esta fundación cuenta con una amplia gama de servicios, enfocados en “herramientas técnicas científicas-culturales de alta rigurosidad para dilucidar aspectos biopsicosociales del uso de drogas”.
Cómo crear un club cannábico
Tal como se ha indicado, un club cannábico puede ser considerado, en términos prácticos, como una asociación . En concordancia con esto, para crear un club, bastará con cumplir las condiciones establecidas por la Ley 20.500 “Sobre Asociaciones y Participación Ciudadana en la Gestión Pública”. Algunos de sus principales requisitos son:
- Tener un acta fundacional
- Desarrollar los estatutos de la asociación
- Elegir un directorio
- Constituirse a través de una escritura pública o privada ante un oficial del Registro Civil, funcionario municipal autorizado o ante un notario.
En el caso de una asociación cannábica en Chile, se debe tener muy en claro las condiciones que implica la Ley 20.000 para el uso y cultivo de la marihuana en Chile.
Uso terapeútico
El uso terapéutico del cannabis está autorizado a través de la Ley 20.000, donde en su artículo 4º, indica que no se aplicará presidio ni castigo “a menos que justifique que están destinadas a la atención de un tratamiento médico”.
En lo que respecta al uso de cannabis para la elaboración de medicamentos y derivados, está regulado por el Decreto N° 84, de 2015, del Ministerio de Salud.
Cultivo
La Ley N° 20.000, en su artículo 9°, señala que “la siembra, plantación, cultivo o cosecha de especies vegetales del género cannabis será autorizada por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG)”. De acuerdo con esto, habrá que seguir las exigencias determinadas por dicho organismo, si se busca desarrollar cultivo como club.
Conclusiones
Como habrás podido observar, los clubes cannábicos tienen una connotación totalmente distinta en comparación con otros países. Si estás al tanto de su funcionamiento en naciones como España, o los conocidos coffeeshops de Ámsterdam, sabrás que tienen una mirada muy diferente.
En España no se requiere una prescripción médica para ser parte de un club, y estos están pensados, entre otras cosas, para que sus miembros puedan acceder a cannabis de forma segura y con calidad. Su consumo al interior del recinto es contemplado como un lugar privado, por lo que sus miembros pueden fumar con toda tranquilidad en el interior.
En lo que respecta a los Coffeeshops de Holanda, puedes comprar y consumir marihuana y/o sus derivados en el mismo recinto, sin ningún problema. Esto ocurre porque el consumo y venta de cannabis en dichos espacios, es legal.