Mazar

Todo sobre Mazar

Mazar es una de las variedades más potentes del catálogo de Dutch Passion. Esta genética, surgida del cruce entre una landrace de la región afgana de Mazar-i-Shariff (de ahí su nombre) y una Skunk #1, fue creada en los años 80 y cuenta con un bagaje de victorias en copas cannábicas extremadamente exitoso.

Debido a su origen, este genotipo se adapta a los climas más fríos y húmedos, permitiéndonos cultivarla en cualquier zona donde reciba una iluminación mínima, ya que será uno de los requisitos indispensables para que se desarrolle correctamente.

Efectos de Mazar

Los niveles de THC de Mazar son bastante elevados, alcanzando fácilmente el 20%. Sin embargo, en condiciones óptimas y en manos de un cultivador avanzado, estos porcentajes pueden aumentar considerablemente. Además, su predominancia índica proporciona unos efectos muy fuertes y relajantes, siendo capaz de tumbar hasta al consumidor más experto.

El subidón suele ser muy rápido, por lo que es una cepa ideal para consumir en momentos de tranquilidad, como en el sofá conversando con los amigos. A pesar de la relajación que produce, te mantiene contemplativo y reflexivo, por lo que no te impedirá tener conversaciones agradables y profundas con tus seres queridos.

Sabores y aromas de Mazar

Las propiedades organolépticas de Mazar son variadas y muy interesantes. Su sabor predominante es el terroso, aunque dependiendo del fenotipo se pueden encontrar claros matices a pino, cítricos o a incienso. Además, cuenta con reminiscencias picantes que le dan un toque diferencial a su consumo.

Por otro lado, cabe destacar que su aroma es muy potente, por lo que hay que tomar precauciones para que su olor terroso y cítrico no se expanda por los alrededores de la zona de cultivo. De hecho, es posible que con un filtro anti olor no sea suficiente, necesitando utilizar otros sistemas, como los generadores de ozono, para conseguir eliminar todas las partículas de olor.

Cómo cultivar Mazar en interior

La variedad Mazar es ideal para principiantes, ya que su tamaño es compacto, su floración rápida y es relativamente resistente a plagas. Eso sí, tendremos que vigilar exhaustivamente los niveles de temperatura y humedad, ya que sus cogollos llenos de tricomas pueden ser atacados por hongos al final de la fase de floración.

Finalmente, el tamaño de los frutos es tal que se recomienda el uso de tutores para evitar que las ramas puedan partirse en fases cercanas a la cosecha, donde esta planta, tras 8 o 9 semanas de floración, nos puede proporcionar entre 400 y 500 gramos por metro cuadrado.

Cómo cultivar Mazar en exterior

En lo referido al cultivo de exterior, esta genética desarrollará su máximo potencial en zonas muy soleadas, donde se llegarán a formar auténticos árboles que no frenarán su crecimiento en ningún momento. Además, la Mazar no necesita excesivos cuidados, por lo que, con fertilizantes básicos y un poco de atención, llegará a desarrollar plantas de más de dos metros de altura.

Si la cultivamos en una zona donde las temperaturas no sean tan cálidas, la producción será algo más baja, pero seremos recompensados con una producción de resina bastante más elevada. En general, esta genética estará lista para la cosecha a principios de abril, alcanzando producciones de entre 800 y 1000 gramos por cada planta.